domingo, 30 de agosto de 2009





Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a
una Luciérnaga; Ésta huía rápido con miedo, de la feroz depredadora, y la
Serpiente no pensaba desistir.

Huyó un día, y ella no desistía, dos días y nada.

En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y
dijo a la serpiente:

¿Puedo hacerte tres preguntas?
La serpiente le responde: No acostumbro dar éste precedente a
nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar.

¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? Le dijo la luciérnaga.
La serpiente le responde: No.

¿Yo te hice algún mal? Le dijo la luciérnaga.
La serpiente le responde: No.

Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo? Le dijo la luciérnaga.

La serpiente le responde: Porque no soporto verte brillar.

Piensa en esto, y selecciona a las personas en quien confías.

Muchos de nosotros muchas veces nos hemos visto envueltos en
situaciones donde nos preguntamos: ¿Por qué me pasa esto si yo
no he hecho nada malo? Sencillo, porque no soportan verte brillar.