miércoles, 6 de enero de 2010

Ya vienen los REYES MAGOS

Para mi abuelito Pepé, -el simpático andaluz farmaceútico que en la guerra daba medicamentos gratis a los pobres que no tenían para pagar-, que estará en el cielo ahora mismo sonriendo;). Aunque te fuíste en la madrugada de un día 5 de enero porque los Reyes te llevaron consigo hace ya tiempo (de lo bueno que eras, eres y serás siempre) cuando yo tenía casi 10 años... te queremos porque te llevamos en nuestro corazón por siempre (da igual el tiempo que pase porque el amor no entiende ni de tiempos ni de espacios). Muchas gracias, abuelito por todo (eres un ángel del cielo que siempre está en todos los momentos: en los buenos y en los malos). Siento tener que llorar pero, a veces, las lágrimas pueden ser tanto de alegría como de tristeza. Quizá algún día sepamos utilizar aquellos lápices de colores que nos regalasté tan sólo unas horas antes tanto a mi hermana Anabel como a mí... pues espero que algún día nuestros sueños se puedan cumplir. La materia es efímera pero el espíritu, no... Tu tiempo en la Tierra expiró no sin antes dejar un halo de gracia, alegría y buen hacer. No se pudo hacer nada, inesperado golpe directo al corazón cuando mamá se enteró y tú lo sabes... creía que era una broma de madrugada de nuestro tío, -el médico-, que vivía en la calle de enfrente y que nada pudo hacer... ni siquiera él. Golpe fulminante. Así se van los grandes. Grandes del alma. Pero yo sé que sigues ahí. Muchos besos;)

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